El desempleo volvió a ocupar una posición preponderante en los retos de principios de los ochentas, en el momento se evidenciaba un incremento del desempleo urbano más intenso que el experimentado en los años sesenta. Para 1984, la tasa media de desempleo urbano llegó a 13,2 % por encima de los años anteriores.
En ese año, durante el período de Belisario Betancur, se conformó una Misión de Empleo con el propósito de elaborar un diagnóstico y una estrategia de política para el desempleo en Colombia. La Misión fue dirigida por el economista estadounidense Hollis Chenery, profesor de la Universidad de Harvard y execonomista jefe del Banco Mundial conocido por su contribución en la economía del desarrollo.
La Secretaría Técnica estuvo a cargo de Juan Luis Londoño, Hugo López, José Antonio Ocampo, Manuel Ramírez, Guillermo Perry, entre otros. Adicionalmente, se contó con una comisión técnica y un grupo de investigadores y consultores. El informe final de la Misión se rindió en 1986, dos años después de su inicio.
La Misión identificó al desempleo como el resultado de factores demográficos, institucionales y macroeconómicos, y los desequilibrios laborales de la década como propiciados por eventos macroeconómicos más que por rigideces institucionales.
Específicamente, la Misión estableció que el problema laboral colombiano era doble y abarcaba el desempleo abierto en el sector moderno y bajos ingresos en el sector informal. Las principales recomendaciones de la Misión apuntaron a una mayor generación de divisa, la elevación de las tasas de inversión y ahorro, la redistribución del gasto público hacia inversiones con mayor contenido de mano de obra nacional y hacia gastos con mayor efecto redistributivo.
Una de las principales huellas que dejó la Misión fue la reforma del régimen de cesantías. La Misión concluyó que el sistema vigente constituía un seguro que limitaba la flexibilidad y eficiencia del mercado laboral y acentuaba los conflictos y resultaba perjudicial tanto para el trabajador como para el empleador. Por ello, recomendó la creación de los fondos de cesantía actuales. Esta reforma constituyó un avance considerable para la época.
Algunos análisis argumentan que la expedición de la Ley 50 de 1990[1] se sustentó en cierta medida en una de las conclusiones de la Misión la cual afirmaba que se requería de mayor flexibilidad en la contratación en la medida en que el mayor crecimiento de la economía debía estar basado en menores costos de la contratación laboral.
[1] Por la cual se introducen reformas al Código Sustantivo del Trabajo y se dictan otras disposiciones.
Consulte los informes de la misión:
El Problema Laboral Colombiano (Tomo I)
El Problema Laboral Colombiano (Tomo II)